martes, octubre 23, 2007

Boludo

"Soy una isla fuera de mí

vos no salgas a buscarme

Soy una isla fuera de sí

Un gran incendio de vidrios"

Leo García


Muchas veces me sentí un imbécil pero nunca tanto como esta vez. Viste cuando te das cuenta que diste el paso en falso, que fallaste, te apuraste y fallaste y no hay vuelta atrás y tenes que dejar las cosas como estan o apretarlas más hasta que se destruyan por completo. Eso es lo que me pasó el sábado a la noche.

Imaginemos que te invitan a una fiesta de disfraces. Sabes lo que te gustan esas fiestas. Pensas un disfraz inteligente, estrafalario, potente. Y lo planeas bien porque sabes que va a ir el chico que te gusta. Le pedís ropa a tu mejor amiga y te vestís de rosa, te pones unos pines de Miranda!, uno que tiene un corazoncito que en su interior dice "frágil" y te maquillas como Baltimora en el video Tarzan Boy. Pareces todo una marica. Querías parecerte a una chica alternativa pero tus rasgos marcados (sobre todo esa nariz que te regalo tu abuela) se ponen en tu contra. No importa. Ya son las dos de la mañana, no podes decidir cambiar el disfraz, no podes decidir nada porque en el celular ya tenes un mensaje de texto de una amiga que ya está en la fiesta, que está aburrida y que necesita que llegues rápido.

Llamas un remis. El remis tarda media hora. La noche ya empieza algo chueca pero vos no te das cuenta, todavía no te das cuenta. Estas pensando seriamente en el pin que guardaste en el bolsillo izquierdo de tu campera rosa, en cómo te queda la pollera, en los cigarrillos Virginia Slims que compraste para darle una suerte de unidad a tu disfraz. Y ves que algo falla también en tu disfraz. La pollera tiene una marquita de lavandina y un pequeño tajo. Lo ves ahí pero no te importa. Decidís esperar el remis como si nada sucediese aunque ya te fumaste cuatro cigarrillos.

Suena la bocina. Cerras la puerta de tu casa. Subís al auto. El remisero te mira raro. Tratas de poner la voz más masculina posible y decís "a Urquiza 140", el remisero no entiende, te mira por el espejito y no entiende, "a Urquiza 140, es una fiesta de disfraces". ¡No! ¿Por qué tenes que explicarle las cosas al remisero? ¿Qué le vas a decir ahora? ¿Le vas a contar del chico que te gusta? ¿Le vas a contar del pin que guardaste en el bolsillo izquierdo de la camperita rosa? Sos un boludo, empezas a sentirte un poco boludo con esa ropita rosa, con ese make up.

Le pagas. "Tres con cincuenta" te dice, sacas diez, te da el vuelto y salís expulsado del remis. Entrás a la fiesta y te das cuenta que deviniste de nene intelectual del oeste a puto palermero en menos de dos años. Pero el oeste sigue igual. El centro cultural donde entraste (donde es la fiesta) es un galpón lleno de heterosexuales que escuchan Pink Floyd y la banda sonora de Kusturica. No podes más. Tenes ganas de gritar. Tu cara demuestra lo contrario, el pecho lo mantenes como palomita. Y es que lo único que te moviliza es encontrarte con tu amiga, mostrarle el pin, contarle el plan y que ella te diga lo que le parece. Tu amiga no está. Un conocido te avisa que se fue y que dejo dicho que sos muy malo porque llegas siempre tarde. Le preguntas si estaba enojada. Te responden "algo" y te acordas de Lacan, eso de que todos los chistes tienen algo de real. No importa. Decidís enfrentar la situación como pendejo lindo, cool y copado que sos.

Y lo ves sentado en una silla, disfrazado de viejo depresivo, actuando muy bien su disfraz. Te acercas, lo saludas, te dice que fumó mucho porro y que está bajoneado, le preguntas si tiene, te dice que no y le decís que lo acompañas a comprarse algo para bajonear. La respuesta es negativa. Buscas otro plan para sacarlo de ese lugar inmundo, llevarlo a un lugar más solitario y decirle que te gusta. No hay respuesta en tu cabeza. Es demasiado despliegue mental pensar algo cuando tenes puesta una pollerita rosa y hay miles de heteros que te miran con desprecio. Necesitas una cerveza para bajar un cambio.

Una conocida te abraza por la espalda, te exaltas, te quedas hablando con ella. El se va, seguramente despavorido por tu buena onda. Digamos que nunca tenes tanta buena onda. Sos del tipo de persona "saludoysigomirumbo". O capaz ya se dio cuenta de que estas en un día demasiado hormonal, que necesitas un camión de relajantes o un psiquiátrico donde te metan para no ver más la luz. Lo que importa es que con esa conocida te quedas charlando un buen rato, la invitas a tomar una cerveza y le contas el plan. El sigue deambulando por ahí. Lo miras de vez en cuando. No sabes si te mira, no sabes si puede mirar algo en el estado en el que está. Parece un Teletubbie, el dinosaurio Barney. Lo feo es que no canta "me quieres tú y yo a ti". Maldito mercado, maldita oferta, maldita demanda. No importa. No importa. Porque vos tenes que mantener tu postura de pibe lindo, cool y copado. Porque tenes que demostrar que aunque tu disfraz sea el más marica de la noche tenes un mínimo de guarrez adentro. Entonces empezas a bailar una música de esas que escuchan ahora los que tienen rastas. Esa música que tiene muchas trompetas. Quedas como un imbécil, ante él y ante toda la gente. Tus movimientos epilépticos no le caen bien a nadie. Eso tenes que saberlo. Ya vas viendo cómo la noche se va desplomando de a poquito, cómo vas quedando como un boludo o un sacado ante todos los heteros, ante todas las conocidas, pero sobre todo ante la persona que te gusta.

En ese momento frenas. Miras alrededor. No lo ves por ninguna parte. Vas corriendo hasta el baño. Está ocupado. Sale él, cruzas dos palabras al pasar, parece que te retiene, te habla de algo que no tiene mucha importancia pero respondés todo y te hacés el bueno. Te metés al baño, esperás unos segundos adentro y salís. Cuando volves a la pista, ves a tu ex con su nuevo novio, lo saludas indiferente. Todo tiene que parecer normal, habitual, cotidiano. Y sin embargo sabes que no. Sabes que tu ex va a estar mirándote como una víbora para poder exprimir lo peor tuyo, cualquier error, cualquier cosita que hagas va a ser usada en tu contra. Además sabes que a él le encantaría tener algo con ese chico que te gusta, lo sabes y eso te pone más nervioso, más histérico. En fin, representas cada vez más tu disfraz de travesti alternativo.

No podes más. Tenes que darle el pin. Tenes que terminar con todo eso, con las víboras, los teletubbies, los heteros, todo. Te acercas a tu conocida, pedís otra cerveza, te la tomas en tres tragos y le decís "le voy a dar el pin". Ella te dice "relajate, anda tranquilo, no es un pibe fácil". No te importa nada. Ya estás harto. Queres sacarte el disfraz, tirarte en tu cama, ponerte en posición fetal y llorar como un niño. Queres llorar como un niño pero antes tenes que darle el pin. Para eso pagaste tres con cincuenta, para eso te comiste el disgusto de venirte en remis vestido de mujer con el frío de mierda que hace.

Te acercas de nuevo a él. Te da una buena nueva: "me voy". Tu cabeza no puede más. Reacciona rápido, reacciona rápido. Sacas el pin. Se lo pones en el bolsillo derecho de su camperita canguro. Y le decís, tratando de no demostrar tu histeria, tratando de ser la persona más sensual del mundo: "es un regalito". El efecto es patético. Te mira con cara de nada, como un zombie. Seguramente pusiste cara de enfermo sexual, estas seguro de que pusiste cara de enfermo sexual y te da vergüenza. No importa. Hay que seguir. Ya lo tiene en el bolsillo. Falta que lo vea. Falta que vea que dice un sugerente "te gusto?" y ahí cuando lo vea, te va a dar un beso enorme y todo lo que fue una mierda, todo lo que tuviste que pasar por ese pin de mierda se va a disolver en un segundo, en un beso. Lo toca. Te pregunta: "¿es un pin?". Le respondes "¡No lo veas enfrente mío!" y te vas corriendo para el patio.

Volves. El fue a buscar su bufanda, se la esta poniendo. Te acercas por tercera vez (sin contar la del baño) y lo miras con cara de ¿lo viste?. No te dice nada. No dice nada. Te hartaste. Le decís que lo mire. Te alejas un poco. Se ríe. Se ríe de una manera tonta, parece como si no se riese de vos sino no sé... de la situación. O queres creer eso para no fulminarte contra el piso, para no llegar a un colapso histérico. Se acerca (como Barney), bajás la mirada y cerrás los ojos. Te pregunta: "¿de dónde sacaste esto?". "No importa, ya fue". Lo mirás y ves que se muerde el labio inferior, no entendes. ¿Es que le gusto o simplemente que se contiene la risa? "yo soy de hacer este tipo de cosas...". Ya está. Se reflejó en mi. ¿será bueno eso? ¿suma puntos? Sigo con los ojos cerrados, mirando el piso. De vez en cuando lo miro pero su mirada me intimida. Sigo diciendo en vos baja "No importa, ya fue, no importa". Me pregunta si se lo puede llevar, le digo que es un regalo. Viene su amiga y le dice que se van. Me alejo. Me pongo a bailar muy tranquilo. Miro el piso. Me tiemblan las piernas. Veo de reojo que todavía está atrás mío. Camina de un lado para otro, como un teletubbie. Ahora me da ternura. Tengo ganas de abrazarlo. Tengo ganas de besarlo, de hacer cucharita, de comprale chocolates y cantarle canciones al oído. Desaparece.

Se fue. Soy un boludo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"deviniste de nene intelectual del oeste a puto palermero en menos de dos años"
eso pensé. quisiera verte cara a cara. te estas confundiendo en algo, la eleccion sexual está bien, pero el resto no te lo creo.
... en vez de gritar "soy mariano" gritas "soy puto" y en realidad importa un choto si te cojes a un chabon, o a una mina, a un caballo, vos tenes dictaminado gritar otra cosa en el mundo me parece.
saludos.
te apreciamos de la manera correcta chabon, de posta posta.
saludos. belencio.

Mai dijo...

Para mi no sos un boludo, es más, muy pocas personas tienen esa capacidad para aguantar tanta "agresión", pocas personas se juegan por lo que quieren sin importarles nada, y vos lo hiciste y tendrías que estar orgulloso, ¿qué importa el mundo mientras vos te sientas bien escuchando a tu propio corazón? (si suena re cursi) me parece excelente tu actitud de jugartela, y no te preocupes que los "daños" sanan.. después de un tiempo va a quedar como una simple anécodta, pero vos te sacaste la duda de qué hubiera pasado si le dabas el pin. Sentite orgulloso, porque te la re bancaste, deberias tenerte más fe!!
un besoteee!