martes, noviembre 27, 2007

viernes, noviembre 23, 2007

El juego

Lo lúdico en la palabra es azar y determinismo al mismo tiempo.

Leer en voz alta un poema es como andar en bicicleta.

En el desorden también hay simetría.

Un buen artista es quien dice y desdice al mismo tiempo.

El orden es el tiempo y el deslizamiento sobre la hoja.

No hay nada por eso se puede escribir lo que todos los unos de uno quieran.

no se por qué pero estoy leyendo mucho a Blanchot últimamente.

martes, noviembre 13, 2007

Twenty one century boy

Bugs Bunny puede
vestirse de lo que quiere
crear mundos en dos segundos
destruirlos
Elmer no entiende
todavía lo sigue buscando con la escopeta

...

a la pantera rosa
le encanta la subversión
reversionar espacios
refaccionar
es tan francesa

...

cuando el coyote se
da cuenta
del
abismo
cae
el correcaminos se aventura en el aire

...

Goku tiene cola de mono
y un maestro que lee revistas pornográficas

...

la señorita del Kinder
me dijo que estuve fantástico
me puso tres palabras al lado del dibujo
no las entiendo
ya las voy a entender cuando sea grande

lunes, noviembre 12, 2007

Crónica de cumpleaños

no hay técnica
sólo percepción
percepción es escritura

Niño magenta antes vagaba por los centros infinitos de una biblioteca siniestra. Como monje, buscaba ese libro que le diese EL significado.
Un día, después de tanto buscar, encontró tras de sí un conjunto muy grande de ovejas, cada una tenía su color: había violetas, rojas, amarillas, verdes, azules. Pero no había ni una oveja color cian.
Niño magenta se vistió de niña. Poco a poco, fue difuminando su sexo y su sexo se convirtió en un agujero, un espacio nada, no espacio también.
Parecía ser extramundo. Vagó por la biblioteca. Se dio cuenta de que había que sacar las ovejas afuera e ir mostrándoselas a todo el mundo para que alguien le diga qué era eso que le faltaba.
Muchos le dijeron el blanco, muchos le dijeron el negro. Pero él no quería la falta o el exceso de luz. Quería un color.
Un día, abrió un hueco en la biblioteca. Encontró un mundo amplio. Vio que todos sus habitantes llevaban ovejas, algunos más, algunos menos, pero todos llevaban esas cositas ahí detrás siguiendoles.
-¿ Qué es esto?- preguntó.
-El mundo.- le dijeron.
Y tuvo que conseguir una cueva. Allí juntó a todo la gente que podía invitar, quiso que vinieran todos, los que conocía y los que no. Se mostró magenta y dejó que las ovejas flotaran por su cuevita llenándola de color, entorpeciendo un poco el movimiento, molestando un poco y todas las cosas que pueden hacer unas ovejas sueltas por ahí.
Era tal la confusión que producían que él no podía ver si estaba eso que le faltaba. Entonces se dijo a sí mismo: "tenemos dos ojos y una boca".
Se tomó un refresco y empezó a hablar y las palabras le salían sin cesar y hablaba y miraba para todos todos todos todos lados y era bueno malo feo lindo al mismo tiempo con una increíble velocidad. Estaba mareado y redondeleando. Siendo niñoniña pudo entrever ese colorcito que le faltaba. Era el cian dijo. Me falta un cian, y el cian estaba sentadito ahí. Mirando sin hablar.Callado y alegre. Algo simple en apariencia, pero siempre muy atento y no, no era una oveja, era un niño.
Se fue con el niño cian a bajar y subir ascensores, dejando que las ovejas hicieran lo que quisiesen.

domingo, noviembre 04, 2007

Eclipse

Al bar Eclipse se entra solo. Aparece en el momento en que uno desborda el territorio de su ciudad y abre, en la frontera, un hueco en el aire.
La sala de recepción es un salón muy amplio, con sillones y puffs. Todo en blanco, todo muy minimalista. Al fondo del salón un barman regala pipas narguile con alguna sustancia alucinógena aún no descubierta por el hombre.
A la derecha hay una puerta gigante de color azul con un cartelito de neón verde que reza salida. A la izquierda, un hueco de un metro de largo donde se ve un túnel completamente oscuro que desciende (uno se da cuenta de eso por unas pequeñas luces violetas en el piso).
La recepción es simple: preguntan por el nombre. Uno dice cualquier nombre y entra. En el salón blanco hay muchas personas sentadas que charlan amenamente mientras comen comidas frías y fuman de sus pipas de agua. Uno pide una pipa, un poco de comida y se sienta a esperar. Una chica vestida de negro en rollers le trae a uno lo que pidió. Uno tímidamente le da una propina pero ella dice que es regalo de la casa. Del túnel de la izquierda sale un hombre con todas las ropas desgarradas, escupe sangre. Dos patovicas lo sacan afuera del bar.
Se acerca alguien. Es un adolescente de unos 18 años y dice que uno llegó justo a tiempo. se sienta al lado y comienza a contar historias... simples, tontas. Uno le hace preguntas y él responde no séeeeeee alargando la e y abocinando la voz, después se ríe y sigue contando su historia como si nadie hubiese hecho una pregunta.
Suena un timbre. El barman desaparece por una puertita de servicio. Aparecen dos drag queens, lo abrazan a uno, lo besan y con unos gritos juntan a todas las personas que están en el salón blanco. Son aproximadamente doscientos hombres piensa uno. El cartel verde de neón se apaga.
Los drags empiezan a dar un discurso: Sin ustedes nosotros no seríamos nada y cosas así. De vez en cuanto hacen algún chiste con alguno del público, algún chiste medio pícaro. La gente se ríe y parece estar satisfecha. Uno no tanto.
Las puertas azules se abren lentamente. Se comienza a entrever un pelotero gigante y al fondo una pileta olímpica llena de caramelos, chupetines, chocolates, confites... Todo está lleno de globos, los colores brillan.
Del túnel sale otra persona gritando ¡no puedo más, es demasiado!. Tiene las cuencas de los ojos vacías, está completamente desnudo y su pene está muy colorado, como si estuviese a punto de estallar. Los dos patovicas lo sacan del bar.
Los drags dicen que llegó la hora. El adolescente lo agarra a uno de la mano, le da un beso en el cachete y dice cariñosamente ¿vamos?. Uno tiene miedo. ¿Por qué tanto, tan gratuitamente?
Uno acepta, casi sin saber por qué, y termina en el pelotero gigante teniendo sexo con el chico. Los drags están en una cabina a ocho metros de altura observando todo y pasan música trance. Las camareras en rollers se pasean alrededor de la pileta observando que todo esté bien.
Uno se tira en la pileta y comienza a nadar, de vez en cuando para a comer alguna golosina. Descubre que las golosinas están puestas por sectores: a los cinco metros los chupetines, a los diez los caramelos masticables y así. Cuando uno llega a los cuarenta se da cuenta de que es muy difícil avanzar, el material se volvió denso, pesado. Uno abre un poco la boca, deja entrar líquido y se da cuenta de que es chocolate, chocolate derretido que como arena movediza lo va hundiendo a uno en la parte más profunda de la pileta. Por suerte, una chica con rollers lo saca y le dice a uno que tenga cuidado, que estuvo a punto de irse a las profundidades.

viernes, noviembre 02, 2007