Sacudida. Sueño que cocino sapos en un wok. Los sapos salen disparados en todas direcciones, medios vivos, medios muertos, todos chamuscados empiezan a saltar por toda la cocina, no puedo parar la situación, cada vez son más, el piso se empapa de aceite.
Contranatura. Una sombra melancólica reflexiona en un universo extranjero de sí mismo. La sombra está rodeada de artefactos extraños, todos le presentan un mundo. Cada mundo una mentira, cada mentira una verdad. La sombra no comprende, se vuelve también extranjera de su sombra. Se ensombrece.
Construcción. Levemente las imágenes van perdiendo su brillo, se disuelven en lo instantáneo del recorrido. El presente se vuelve así la medida, la única forma de transmitir. Transmitir se vuelve imposible, sólo se puede transmitir el intento.
Arañar. H se para frente a una obra. La obra no le dice nada. El tampoco le dice nada a la obra. La obra no tiene nada para decir, existe. H también existe pero no tiene nada para decir, ni de la obra ni de él mismo.
Silencio.
Onomatopeya. Frente a eso un aullido. Sobre eso no se habla. Se despliega antes de que hablemos, después. A eso hay que hacerlo llegar y repartir. Remodelarlo es imposible. Se alza sin forma pero no es lo informe. Se despliega sobre, de, desde, en, para, por.
Creación. Cualquier palabra está imposibilitada de ser escrita. Cualquier palabra es burda, falaz, nula, aberrante. El silencio también lo es.
Cuerda floja. Los sapos se disuelven, abro los ojos, el olor a mate recién cebado me despierta, me duele algo la panza, pienso que mañana va a ser igual, un día con mates recién cebados, con un poco de dolor de panza al levantarme, ese cigarrillo en ayunas que tanto me gusta y que siempre molesta a los otros.